Por: Malka Mekler
(M&T)-. La emergencia sanitaria por el covid-19 demostró la validez del teletrabajo en América Latina y el Caribe como una de las opciones para enfrentar las consecuencias de la pandemia, permitiendo la continuidad de actividades en algunos sectores.
Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo registradas en su informe “Desafíos y oportunidades de teletrabajo en América Latina y el Caribe”, durante su peor momento de la crisis sanitaria alrededor de 23 millones de personas desempeñaron sus labores de manera remota en la región. Lo cual, representa entre el 20% y 30% de los asalariados que se mantuvieron trabajando y que contrasta con el 3% registrado antes de la pandemia.
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“Si bien el teletrabajo en América Latina y el Caribe ya era una parte integral de muchas organizaciones, a otras empresas les tomó por sorpresa y se encontraron sin preparación para su llegada tan disruptiva. Hasta antes de la covid-19, el teletrabajo venía creciendo de manera exponencial en la región.” Comentó Jorge Kramis, Director General de VenturesSoft.
Hace 20 años, Brasil fue el pionero en implementar el teletrabajo en América Latina. Hasta el 2018, contaba con alrededor de 15 millones de trabajadores a distancia, según un estudio realizado por la Academia Internacional de Transformación del Trabajo para América Latina y el Caribe (ITA-LAC).
El mismo informe, expone que en Argentina cerca del 2% de la fuerza laboral formal recurría al trabajo remoto como recurso, esto son casi 4 millones de personas. En México las cifras eran de 2,600.000 teletrabajadores, lo cual representa el 57% de las empresas. Mientras que en Chile contaba con 500 mil, Colombia con 122 mil y en Costa Rica más de 30 mil.
Además: Menos empleos
Cabe destacar que antes de la llegada de la pandemia, algunos países de América Latina y el Caribe ya contaban con un avance en la legislación sobre el teletrabajo. En 2008, Colombia estableció garantías sindicales y de seguridad social para los teletrabajadores. Perú legisló sobre esta materia en el año 2013. Brasil en 2017 modificó la Consolidación de la Legislación del Trabajo (CLT), incorporando un capítulo acerca del teletrabajo. Costa Rica lo reguló en 2019.
Ya en el 2020, con el teletrabajo obligado para muchas empresas, países como México, Panamá, El Salvador, Chile y Argentina aceleraron sus procesos de regulación. En otros países, dicho año sirvió para realizar modificaciones que consideran las nuevas circunstancias, algunos ejemplos de esto son Honduras, Bolivia y Ecuador, donde se habilitó el teletrabajo en el sector público, y con excepción de Ecuador, también en las empresas privadas.
Para Kramis existen tres puntos claves que se deben tomar en cuenta antes de implementar el teletrabajo, en primer lugar resalta mejorar la comunicación por medio de herramientas digitales y aplicaciones móviles que permitan entablar un ambiente social colaborativo. Como segundo punto el experto menciona las herramientas para la gestión del trabajo; los buenos resultados están basados en las eficientes soluciones digitales para desempeñar su labor remota.
El último punto es establecer objetivos y organizar horarios, si bien el trabajo remoto permite flexibilidad de horarios, la autodisciplina por parte del equipo de trabajo y de los colaboradores y la correcta administración de tareas y objetivos son fundamentales para que el teletrabajo sea exitoso.
A pesar de que el teletrabajo en América Latina y el Caribe no es un recurso nuevo, y hoy más que nunca se hacen evidentes sus beneficios, aún queda mucho camino por recorrer.
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