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Columna de Opinión: Violencia de Género

Por: Natalia Apú

La violencia de género es todo aquel acto que lesiona a una persona o grupo de personas por su género. Esta violencia se ha conceptualizado como la violencia que ejerce el hombre hacia la mujer por ser mujer. Actualmente dentro de la sociedad observamos varios tipos de violencia: la violencia doméstica o aquella que se produce dentro del hogar y la puede sufrir cualquier miembro de la familia, la violencia intragénero que es la que se ejerce entre el mismo sexo y la violencia contra el hombre, cuando la víctima es un varón.

De acuerdo con estadísticas nacionales e internacionales la violencia que más se manifiesta es la de género. En Costa Rica las cifras van en aumento, hay cientos de casos con diferentes tipologias de agresión que se presentan a diario ante los juzgados. Para contrarrestar el aumento de este tipo de violencia, se han enfocado acciones hacia capacitaciones a comunidades, policías y profesionales. Se trabaja en  programas psicoeducativos en temas como nuevas masculinidades, parentalidad, marentalidad, autoestima y en factores protectores frente a la violencia.

Es relevante considerar y reflexionar que en cada uno de los espacios donde se vive la violencia hay personas que sufren sentimientos de dolor, desamparo, impotencia, tristeza, depresión y confusión. Se ocasiona un deterioro en las relaciones familiares, creando distanciamientos afectivos, vínculos dañados, problemas en el estilo de crianza, y lo más serio, se normaliza la violencia, se niega, se justifica. Se crece en un ambiente donde se aprende modelos de abuso de poder y desigualdad.

Como ciudadanos, personas, padres, hijos/as, etc.. está el deber y la responsabilidad de reflexionar en la necesidad de hacer un cambio en la forma en que nos relacionamos.  Es el momento de crear y construir una sociedad más armoniosa con actitudes y modos de comportamientos  y vínculos más afectivos y apacibles.

La Costa Rica de hoy puede cambiar. El cambio inicia en cada uno, es desaprender conductas que lesionen y aprender a expresar respeto, amor, paciencia, ternura, compasión, solidaridad. Es tener una sociedad basada en principios de paz y justicia. Siendo conscientes de la necesidad urgente de hacer una transformación en el actuar con el prójimo, es que podemos dar un sentido y significado a una existencia de respeto y paz. Si no hacemos el cambio y no nos responsabilizamos de lo que está sucediendo respecto al tema de violencia, estas acciones y todo este comportamiento destructivo terminarán consumiéndonos como sociedad. 

Debemos de cuestionar las creencias y modelos de relaciones familiares que mantienen y perpetúan la violencia. Este cuestionamiento nos llevará a un cambio evolutivo y a una prosperidad colectiva y por ende a una vida digna y placentera.

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