(M&T)-. Dicha estrategia indica que mediante el impulso y apoyo de este tipo de iniciativas se prevé la generación de capacidades sociales para mejorar el bienestar y la calidad de vida de la región centroamericana.
En esta línea, desde el año 2015, el BCIE desarrolla el Programa Centroamericano de Vivienda y Desarrollo de Hábitat Sostenible (VIDHAS), al cual se le sumó en 2021 el Programa de Vivienda y Vida Digna (PROVIDA) en El Salvador, que tienen como finalidad mejorar la calidad de vida de los centroamericanos a través del acceso a una vivienda en un entorno urbano apropiado con intervenciones que fomentan la inclusión social y la reducción de la pobreza, satisfaciendo la demanda de vivienda.
VIDHAS y PROVIDA se encuentran en consonancia con la Nueva Agenda Urbana de Hábitat III de las Naciones Unidas, y el primero se ejecuta mediante dos componentes: inversión directa e inversión intermediada. Entre ambos componentes, el Banco ha aprobado US$746.66 millones para financiar ocho programas que apoyan las políticas nacionales del sector vivienda, mientras que los desembolsos históricos suman los US$206.57 millones.
“Contar con una vivienda digna es un derecho humano que queremos garantizarle a todos los centroamericanos y vamos por buen camino. Mediante nuestros programas hemos logrado beneficiar a un total de 111,714 hogares en la región en los últimos seis años, para un total de 469,198 personas”, destacó el presidente ejecutivo del BCIE, Dr. Dante Mossi.
Entre los miles de beneficiarios se encuentran los nicaragüenses Amílcar Ramos y Glenda Rodríguez, quienes coinciden en la gran ayuda que representó el financiamiento del BCIE para adquirir su vivienda. “Contar con una vivienda es un sueño hecho realidad, por muchos años pasábamos alquilando en condiciones difíciles para nuestra familia. El financiamiento del BCIE es una iniciativa muy buena, es un beneficio grandísimo para todos nosotros”, destacó Ramos.
El componente de inversión directa está financiado con una preasignación inicial de recursos propios del BCIE por US$350 millones, a razón de US$50 millones por país, esto a través de una facilidad crediticia con garantía soberana o pública no soberana a un plazo de hasta 25 años y un periodo de gracia de hasta 5 años.
Los fondos de este componente se orientan a estudios de factibilidad, al desarrollo de infraestructura y equipamiento (urbano, comunitario, social y de vivienda) y al fortalecimiento institucional (política habitacional y gestión social). Por su parte, el crédito intermediario busca financiar programas de vivienda social (compra, mejora y ampliación, construcción progresiva y completa, desarrollo de proyectos), programas de financiamiento de infraestructura municipal y cooperaciones técnicas.
Un ejemplo de éxito es el del Programa Nacional de Construcción de Viviendas de Interés Social (PNC Vis) en Nicaragua, el cual ha finalizado la construcción y/o mejora de 10,454 soluciones habitacionales, beneficiando de manera directa a 7,000 familias en condiciones de extrema pobreza y a 11,660 familias con ingresos bajos.
Entre tanto, en Costa Rica el Programa ha proporcionado vivienda a 1,670 familias, de las cuales un 38% son encabezados por mujeres. Asimismo, la esperanza de un hogar mejor fue acompañada por el impacto de VIDHAS en el empleo, que durante las etapas de construcción y fabricación de esas soluciones de vivienda generó 5,785 temporales. En Honduras, mediante el Programa de Reconstrucción de Vivienda Resiliente, aprobado en el primer trimestre de 2021, se beneficiarán a 29,500 familias vulnerables y que fueron afectadas por los fenómenos meteorológicos Eta e Iota. El crédito facilitará el otorgamiento de subsidios y permitirá financiar 26 subproyectos que incluyen diversas obras de mitigación, rehabilitación, reconstrucción y construcción de modelos de vivienda resiliente.
En El Salvador, a través del PROVIDA se espera disminuir el déficit cuantitativo de vivienda a través del acceso a financiamiento de largo plazo a 2,592 familias para adquirir o construir su vivienda, donde más de la mitad de las viviendas serán propiedad de una mujer aumentando su autonomía económica.
Mediante el crédito intermediado más de 2,412 familias de ingresos bajos y medios, de 22 departamentos de Guatemala, han sido beneficiadas a través del adquisición, construcción y mejoras a sus viviendas.
Todas estas operaciones de financiamiento para la construcción o mejora de viviendas contribuyen principalmente con el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11 de la ONU, el cual impulsa que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles, procurando asegurar el acceso de todas las personas a vivienda y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles.
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