En el corazón de Centroamérica, las mujeres emprendedoras están marcando la diferencia en la seguridad alimentaria de sus comunidades. A través del desarrollo de negocios locales, han encontrado en el emprendimiento una vía para mejorar sus condiciones económicas, generar empleo y fortalecer el acceso a alimentos de calidad.

(M&T)-. Ejemplos de este impacto se pueden encontrar en países como Guatemala, Honduras y Costa Rica, donde el liderazgo femenino ha sido clave en la transformación de pequeñas empresas en motores de cambio social.

Uno de estos casos es el de Emely Lourdes Celada, fundadora de Shukos Kimby en Santa Ana, Antigua Guatemala.
Su negocio de alimentos ha crecido significativamente gracias al apoyo del programa Microfranquicias Sociales de Cargill, ejecutado por FUNDES. Esta iniciativa no solo le permitió fortalecer su empresa, sino también alcanzar independencia financiera y mejorar su autoestima.
"Tener una microfranquicia de Kimby de shukos cambió mi vida, tanto en crecimiento mental como económico", expresa Emely, quien además ha generado empleo para su familia y ha abierto oportunidades a su comunidad.

Por otro lado, en Santa Cruz de Yojoa, Honduras, Ruth Martínez encontró en el emprendimiento una forma de reinventarse. Luego de perder su empleo, decidió junto a su esposo incursionar en la producción y distribución de tilapia. Sin embargo, enfrentaron desafíos como altas tasas de mortalidad en sus peces, lo que ponía en riesgo su sustento.
A través del programa Nutriendo el Futuro de Cargill, en alianza con CARE, recibió capacitación sobre el uso de vacunas y buenas prácticas pecuarias, lo que le permitió optimizar su negocio y establecer una red de distribución sólida. "Este programa me ha permitido conocer otras historias de emprendimiento que me inspiran y me hacen sentir acompañada en el camino", comenta Ruth.

El impacto del liderazgo femenino en la industria de alimentos también se evidencia en Costa Rica, donde María del Carmen Arroyo Bolaños lidera la agencia ‘Pollo y Más’ en el cantón de Siquirres, Limón. Su negocio no solo abastece de alimentos frescos a la comunidad, sino que también ha contribuido a la dinamización económica de la zona.
Gracias al programa Prosperando con Nuestros Clientes de Cargill, en conjunto con FUNDES, ha fortalecido sus habilidades empresariales y mejorado la gestión de su negocio. "Hemos aprendido a utilizar estrategias de mercado innovadoras y a optimizar nuestros procesos para ofrecer un mejor servicio", señala María del Carmen, quien además ha integrado herramientas digitales para potenciar su presencia en plataformas como Facebook, WhatsApp e Instagram.
Empoderamiento y sostenibilidad en la industria alimentaria

El compromiso de Cargill con el empoderamiento femenino va más allá de la capacitación. Su enfoque se centra en garantizar que los conocimientos adquiridos por las emprendedoras continúen generando impacto a largo plazo.
La implementación de metodologías sostenibles permite que cada beneficiaria administre su negocio de manera autónoma, fortaleciendo la economía local y fomentando la equidad en la industria alimentaria.
"Al invertir en las capacidades de las mujeres emprendedoras, no solo impulsamos el bienestar de sus familias, sino que también contribuimos a la seguridad alimentaria de sus comunidades, promoviendo cadenas de suministro más resilientes y prácticas responsables", afirma Verónica Castro, vicepresidente y directora ejecutiva en Centroamérica de Cargill, Grupo Food – Latinoamérica.
De cara a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, Cargill reconoce el esfuerzo y la determinación de cada mujer que ha logrado transformar su entorno a través del emprendimiento. Su liderazgo no solo impulsa la economía, sino que también inspira a futuras generaciones a apostar por sus sueños y generar un impacto positivo en sus comunidades.
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