Para ello ha puesto en práctica una serie de exitosas iniciativas de responsabilidad social empresarial que tienen como prioridad promover la nutrición de las personas, proteger el planeta y enriquecer las comunidades cercanas a nuestras operaciones.
La inversión anual en programas de RSE supera los USS$2.5 millones anuales en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica; y el éxito radica en que estas acciones promueven la participación de muchas personas para que sean agentes activos en los procesos.
“Bajo nuestro programa de RSE, ꞌNutriendo al Futuroꞌ, hemos llegado a 175 centros educativos con diferentes iniciativas que promueven la alimentación saludable, y el mejoramiento de las condiciones de infraestructura de esas escuelas. De esta forma hemos beneficiado más de 50 mil niños. También, hemos trabajado con más de 1.600 productores que forman parte de la cadena de valor de Cargill”, comenta Blanca Villela, Gerente Regional de RSE y Comunicaciones para Cargill Centroamérica.
La precisión con la que Cargill diseña y ejecuta sus proyectos de Responsabilidad Social se debe a una correcta planificación en la que cada acción va orientada a una necesidad latente de la comunidad. Para ello, se crean las alianzas necesarias, se destinan los recursos y se integra el trabajo de los voluntarios de Cargill, que actualmente agrupa una participación del 81% de los colaboradores.
Uno de los valores de la compañía es priorizar a las personas, de allí que sus programas siempre van orientados en el mejoramiento de la calidad de vida de los centroamericanos.
Estos y otros resultados se encuentran en el “Informe Anual de Responsabilidad Social 2017-2018: Convivencia”.
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