De 1980 a la fecha hemos visto decenas de casos de empresas envueltas en escándalos y crisis por un mal manejo de factores ASG en su cadena de valor y proceso productivo.
(M&T)-. Para muestra un botón: Una reconocida marca de zapatos deportivos en 1990 fue acusada de trabajo infantil e incumplimiento de derechos laborales; el derrumbe de un edificio sobre trabajadores de fábrica para más de 25 marcas en 2013; crisis en una empresa global de productos para el hogar por presunta utilización de materia prima de bosques en peligro de extinción en 2015, y los casos sigue apareciendo día con día.
Y es que, en un mundo cada vez más interconectado y con consumidores informados, la responsabilidad de una empresa no se limita a su propia operación, sino que se extiende a toda su cadena de valor (proveedores, distribuidores, mayoristas, clientes finales).
Por esa razón, si dirige o gestiona un negocio en Centroamérica, es esencial entender cómo las prácticas de sostenibilidad pueden afectar a su marca, reputación y, en última instancia, su rentabilidad.
Para ayudarle a evitar que su empresa también se vea impactada de forma negativa por su cadena de valor, hablamos con Andrea Segura, especialista en Gestión de Riesgos ASG y socia de Evo Consultoras, quien nos explicó el proceso para asegurar el relacionamiento con proveedores y socios estratégicos.
Paso 1: Análisis de contexto
Antes de embarcarse en cualquier estrategia, es vital comprender la situación actual. ¿Quiénes son sus proveedores? ¿Qué papel juegan en su cadena de valor? ¿Cómo se comporta en términos de sostenibilidad esa cadena de valor? Una mirada profunda en estos aspectos le ofrecerá un panorama claro sobre dónde se encuentran las oportunidades y desafíos.
Paso 2: Identificación de riesgos
Una vez comprendido el contexto, es vital identificar y priorizar los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza de los eslabones en su cadena de valor. Algunos proveedores pueden tener una huella ambiental significativa, mientras que otros podrían presentar desafíos en prácticas laborales, de cumplimiento legal y gobernanza.
Usted debe centrarse en aquellos aspectos críticos para su negocio y donde tenga un mayor rango de influencia. Existen dos formas principales para realizar esa identificación y priorización. Puede ser a través de un autodiagnóstico, donde cada proveedor aplica una evaluación interna que permita revelar áreas de mejora y oportunidades. Esta herramienta es excelente para las empresas que están iniciando en el camino de la sostenibilidad.
No obstante, también es posible implementar una auditoría o certificación específica.
“Ya sea en el autodiagnóstico o en la auditoría y/o certificación deben considerarse aspectos como cumplimiento normativo, impacto ambiental, prácticas laborales, ética y transparencia. Y para aquellos proveedores o socios estratégicos que ya están muy avanzados en términos de sostenibilidad, se podrían evaluar sus prácticas innovadoras”, explicó Segura.
Paso 3: Desarrollo de la estrategia
Con la información recolectada, es momento de establecer un plan de acción de trabajo con esos stakeholders que la empresa decidió priorizar.
“Los planes de acción abarcan desde la exigencia de requerimientos en un plazo determinado, hasta un proceso de acompañamiento y capacitación que incluye módulos de orientación sobre temas generales relacionados con la sostenibilidad y acompañamiento personalizado para fortalecer a los proveedores en áreas específicas”, explicó la experta.
“También es posible diseñar programas específicos considerando los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza de los integrantes de la cadena de valor; esto con el objetivo de promover buenas prácticas y estándares de sostenibilidad no solo como una responsabilidad ética sino como una inversión estratégica que permite mitigar riesgos y asegurar la continuidad del negocio a largo plazo”, finiquitó Segura.
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