(M&T). Como respuesta a la pandemia por Covid-19 que impactó seriamente en las vidas y medios de vida de millones de personas en los países de América Latina y el Caribe, el Grupo Banco Mundial destinó una cifra récord de US$29.100 millones para esa región desde el comienzo de la crisis (primero de abril de 2020) y a lo largo del año fiscal 2021, que finalizó el 30 de junio de 2021.
Estos recursos se destinaron a contener el impacto sanitario, económico y social de la pandemia, además de ayudar a la región a responder a desafíos como huracanes y flujos migratorios. Se trata de la mayor respuesta a una crisis de este tipo en la historia del Grupo Banco Mundial.
Los compromisos y movilizaciones del Grupo Banco Mundial durante este período incluyen un total de US$14.500 millones del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento BIRF y la Asociación Internacional de Fomento (AIF), conocidos como Banco Mundial; US$10.800 millones de la Corporación Financiera Internacional IFC para promover el desarrollo sostenible impulsado por el sector privado; y US$3800 millones en garantías del Organismo Multilateral de Garantías de Inversiones MIGA.
“América Latina y el Caribe fue la región más afectada por la pandemia de COVID-19, con un 20% de los casos y un tercio de las muertes globales. La elevada tasa de infección y la abrupta caída del crecimiento tuvieron un impacto social y económico devastador”, dijo el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe ALC, Carlos Felipe Jaramillo, quien añadió que “actuamos con rapidez para proporcionar un nivel considerable de financiamiento nuevo para ayudar a los países a enfrentar esta crisis y brindar alivio a los más vulnerables”.
El financiamiento y la experiencia del Banco Mundial se enfocaron en protección social, emergencias de salud, testeos, vacunas y el fortalecimiento de los sistemas de salud de cada uno de los países, así como en una movilización sin precedentes de financiamiento de corto plazo durante los primeros meses de la pandemia para ayudar al sector privado a mantenerse a flote.
Por su parte IFC comprometió US$10.800 millones para América Latina y el Caribe —incluidas movilizaciones (US$5000 millones) y financiamiento a corto plazo (US$2000 millones)—, impulsada por una mayor demanda de financiamiento por vía rápida para los sectores manufacturero, de agronegocios y servicios; además de apoyo continuo para la industria financiera y colaboraciones exitosas para el establecimiento de asociaciones público-privadas (APP).
Desde abril de 2020, cuando puso en marcha su respuesta ante el Covid-19, IFC comprometió cerca de US$3200 millones en respaldo de liquidez para la región, ayudando a ampliar el financiamiento para mipymes para que estas continúen operando, trabajó junto a instituciones financieras para promover el financiamiento verde y apoyó a empresas agroexportadoras de la región.
“IFC intensificó sus esfuerzos para ofrecer soluciones innovadoras que ayuden a los sectores más afectados por la pandemia, poniendo particular énfasis en ayudar a las empresas a mantener los puestos de trabajo y asegurar que las mipymes puedan acceder al financiamiento”, dijo Georgina Baker, vicepresidenta de IFC para América Latina y el Caribe, Europa y Asia Central. “También seguimos ofreciendo nuevas vías para volver más verde al sistema financiero de la región y promover una mayor inclusión financiera entre las mujeres”, agregó.
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