América Latina se enfrenta a un importante reto, aumentar su productividad para alcanzar los niveles de bienestar de los países más desarrollados, ya que la región sigue manteniendo una brecha profunda y constante. La Agenda 2030 busca, entre otros objetivos, promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, así como el trabajo digno para todas las personas.
No obstante, según fuentes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y la Organización Internacional del Trabajo, la expansión del trabajo por cuenta propia, la aparición de nuevas modalidades de empleo intermediadas por plataformas digitales y una mayor informalidad del empleo asalariado advierten de nuevos retrocesos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 en Latinoamérica.
Debido a la baja tasa de crecimiento económico proyectada para el 2019 en esta región (1.3%), las tasas de desocupación urbana y nacional se sitúan en 9.3 y 8%, respectivamente, las mismas cifras que en el 2018. Esto significa que hay un estancamiento económico que no beneficia a la región.
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Pero, ¿a qué se debe la baja productividad en América Latina? Según el docente del Máster Oficial Online en Dirección y Planificación Financiera de la Escuela de Negocios y Dirección (ENyD), Máximo Santos, “la clave está en los bajos niveles de inversión que tiene América Latina”.
Según el docente, estos bajos niveles de inversión se deben a bajas tasas de ahorro, sistemas financieros e insuficientemente desarrollados. Gran parte de la población latinoamericana se encuentra inmersa en la economía informal y no son usuarios de los sistemas financieros nacionales, lo que, según el docente de la ENyD, “redunda en el escaso desarrollo de sus sistemas financieros en cuanto a canalizadores del ahorro a la inversión y a que éstos cuenten con bajos niveles de inversión en lo que a desarrollo tecnológico se refiere”.
América Latina tiene que hacer un gran esfuerzo en disminuir los porcentajes de economía informal, lo que redundará además en mayores recaudaciones impositivas. Así, “a mayores ingresos públicos, mayores serán las políticas de desarrollo de las infraestructuras nacionales, tales como carreteras, puertos, telecomunicaciones, básicas para incrementar la productividad y el desarrollo económico”.
Adicionalmente, es necesario incidir en otros dos puntos que resultan cruciales en el desarrollo de la región para lograr alcanzar los niveles de bienestar de los países más desarrollados. En primer lugar, se debe instalar “de forma irrevocable y asentada” la seguridad jurídica y, en segundo lugar, debe aumentar la seguridad personal.
En definitiva, para que la región de América Latina pueda salir del estancamiento económico que vive se requiere incidir en cinco factores:
*Sacar de la informalidad a gran parte de la población trabajadora. *Desarrollo de los sistemas financieros. *Mejora en los sistemas tributarios y aumento de la recaudación. *Mejora en la seguridad jurídica. *Reducción drástica de los niveles de violencia e inseguridad.
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