(M&T)-. Hoy en día los consumidores esperan que los fabricantes de productos sean más responsables cuando se trata de sostenibilidad, dando especial atención a la seguridad alimentaria y sanitaria, la transparencia de los procesos en la cadena de valor y el origen de las materias primas utilizadas tras los crecientes retos que enfrenta el planeta.
Con estas acciones se pretende asegurar el cumplimiento de las regulaciones legales y sociales.
La trazabilidad es el conjunto de procesos que permiten ejercer un mayor control sobre los productos, identificando y reconstruyendo todo su historial: desde la recolección, la producción y la elaboración hasta el almacenaje y la distribución.
Por lo tanto, se trata de hacer un seguimiento exhaustivo de los alimentos y productos desde su origen hasta su llegada al consumidor final.
Diversos brotes que afectaron la seguridad alimentaria y la posibilidad de ataques terroristas al suministro de alimentos se han convertido en una de las razones principales para crear leyes en las que se establezca una clara responsabilidad por garantizar la trazabilidad como medida para recuperar o retirar de la comercialización a los productos identificados como peligrosos o simplemente no aptos para el consumo en diversos países.
“Para cualquier empresa es importante el valor de su marca, por lo que la trazabilidad le permite ofrecer un valor agregado a su producto por medio de más información al consumidor sobre aspectos como la calidad, la inocuidad, así como las condiciones sociales y ambientales del mismo”, manifestó Michael Ramírez, gerente de Desarrollo de Negocios de Schneider Electric Centroamérica.
Beneficios de implementar sistemas de trazabilidad son:
Proporcionar mayor transparencia dentro de la cadena de suministros.
Disminuir la posibilidad de distribuir productos que no cumplan con regulaciones o leyes.
Si es necesario, realizar un proceso de retiro de producto en el menor tiempo posible.
Atacar el comercio ilícito: falsificación, adulteración, contrabando, etc.
Evitar que las empresas o proveedores cometan errores graves que puedan afectar negativamente a otros socios comerciales o a los clientes finales.
Acelerar procesos al compartir la información de una manera más eficiente.
Aportar mayor confianza a los consumidores, brindando una mayor seguridad de los alimentos o productos.
Mejorar la competitividad y posicionamiento de la marca en el mercado.
En el aspecto político, varios gobiernos han vuelto obligatorio el sistema de trazabilidad para saber qué se exporta o importa, tener información e ingreso fiscal; esto debido al crecimiento del comercio ilícito.
El consumidor podrá asegurarse de que los productos que está consumiendo no sean resultado del trabajo infantil, explotación laboral o condiciones no éticas similares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 1 de cada 10 personas se enferma cada año por comer alimentos contaminados, por esta razón los mercados más desarrollados aplican estrictas medidas de seguridad para la comercialización de los alimentos y los consumidores están más preocupados por la seguridad alimentaria y la calidad de lo que adquieren. Por esta razón, los clientes se preguntan cada vez más, ¿qué hay en sus productos? ¿cómo fue elaborado? ¿qué materiales se usaron?
“La trazabilidad automatizada para las empresas representa una gran ventaja, ya que así se aseguran de hacer negocios con proveedores certificados y transparentes en sus procesos y, por ende, previene un gran riesgo reputacional por productos de baja calidad o peligrosos. Además, permite visualizar inventarios y saber en tiempo real cuándo un producto se vendió, también optimizar procesos de auditoría y cumplimiento al poder proporcionar pruebas rápidas y completas de la evolución de sus productos” agregó Ramírez.
Costa Rica ha avanzado en la definición de normas y regulaciones que permiten mostrar el origen de los productos marinos pescados por los barcos nacionales. De igual manera en el sector ganadero y los productos de exportación e importación. Además, hay proyectos e iniciativas para la regulación y trazabilidad de medicamentos, licores y tabaco, abriendo áreas de oportunidad para implementar estos sistemas en todo tipo de productos.
“Para hacer frente a estas necesidades, existen soluciones digitales que permite a los fabricantes de alimentos recolectar, administrar y visualizar datos sobre sus productos alimenticios y bebidas a lo largo de la cadena de valor, desde la producción de materias primas y extracción, hasta la venta del producto final. Convirtiéndose en una fuente única y confiable para obtener información sobre la calidad y la sostenibilidad de un producto, incluso, con la posibilidad de detectar falsificaciones que afecten tanto a las empresas, como al consumidor” concluyó Ramírez.
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